Es falso, además, que no le guste el poder, le encanta, pero sin restricciones. Es un autócrata enfermizo. Recordemos diez de los objetivos de su plan:
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- descabezando a altos oficiales para que los nuevos le guarden lealtad, cooptar y dividir la tropa con mejoras económicas e inmovilizar su capacidad de acción y reacción, empoderando a organizaciones delictivas.
- y avive los de sus contradictores, atar a la Procuraduría, y llevar a las Altas Cortes magistrados de su misma ideología.
- , diezmar la iniciativa privada, la economía de mercado y el derecho a la propiedad, y dividir a los gremios y empresarios.
- utilizando a un sector privado incauto, matizar la regla fiscal para lograr mayor endeudamiento, y acaparar decisiones económicas, regulatorias y tarifarias.
- buscando aíslen al país por paria por sus posiciones provocadoras como las de la guerra en Ucrania y el ataque a Israel, y acercarse a Rusia y China.
- que cobije, en primer lugar, a cien mil jóvenes desempleados o que delinquen y tratar de echarse al bolsillo a taxistas, propietarios de moto y campesinos que siembran coca.
- y granjear, luego de las elecciones, la lealtad de alcaldes y gobernadores a punta de presupuesto.
- trinar como desposeído para que hablen de lo que él quiere y desviar la atención de los problemas reales.
- y cuestionar la dignidad del empleo formal para fracturar la relación con los trabajadores.
- es decir, a él, sometiendo al pueblo revolucionario a sus designios, acrecentando día a día su poder, reafirmando ser el ungido ‘para salvar al país’ y claro, al planeta.
Diez objetivos tácticos del Presidente en los que avanza poco a poco, mientras muchos bajan la guardia creyendo que los escándalos de corrupción, los desplantes y las llegadas tarde, la incompetencia de más de un alto funcionario, la desarticulación en el Gobierno, los trinos por doquier y el narcisismo que caracteriza al mandatario, se le impedirán. He sido de los que creen, que así es: que no lo logrará destruir a Colombia. Pero, a veces dudo, al ver la indiferencia y el acomodo cobarde de quienes no la quieren ver.
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