Es muy sencillo escaparse de las sindicaciones por corrupción

“Lo que ocurre con la Contraloría General del Cauca y un concejal de Santander de Quilichao es la gota que rebosó la copa”. Opinión de Alfonso Luna G.

Fotos: proclamadelcauca.com

Mientras los entes de control administrativos, fiscales, disciplinarios, penales, y otros, se hagan los locos y se burocraticen tanto que cualquier documento aportado por los mismos sindicados en ejercicio del derecho a la defensa, sea acogido como prueba de infalible decencia, como incontrovertible y única evidencia que no tiene más contrastes con las realidades, y en consecuencia sea base exclusiva y excluyente para ordenar el archivo de las investigaciones, el Estado seguirá estimulando la corrupción hasta el infinito, como se ha desatado en los últimos años, y no solamente en el Cauca.

La podredumbre pública que sí observamos algunos ciudadanos del montón, los que padecemos la miseria generalizada en los municipios frente al ansia desaforada e insaciable por el enriquecimiento ilícito y urgente de supuestos “servidores públicos”, el detrimento del patrimonio público que sufre calladamente la colectividad sigue creciendo fácil y fluidamente, porque la burocracia de control al parecer sufre del mismo mal de sus vigilados, no de otra forma puede uno explicarse la desfachatez con que se roban los recursos de las comunidades. Saben de antemano los ladrones que en algún eslabón de la cadena investigativa y sancionatoria pueden romper el proceso y, pronto, todo queda en nada, o dejan, cómplices unos y otros, que el tiempo transcurra libremente y actúe siempre en su favor, hasta que la atolondrada gentuza se entretenga en otros menesteres de supervivencia o los críticos nos mamemos de tanta criticadera sin que nadie pare bolas.

Los llamados “servidores públicos” con ínfulas de dirigentes, saben sin darse cuenta, por su perspicacia trasgresora, que siempre obra en su beneficio la ignorancia colectiva, el desinterés social, la incompetencia cívica, el miedo, o la moderna esclavitud que les gusta a muchos, y que consiste en volverse “extra” en su propia película vital, delegando su subsistencia y destino en esos supuestos líderes que, entonces, se convierten en los “protagonistas” de la cinta, en los “mesías” que deciden por todos, los que exigen respeto y sumisión. La gente ha llegado al colmo de cambiar inclusive el sentido del lenguaje y cree que los “mandatarios” son los que mandan; no lo que en realidad significa el término, lo que deben ser: los mandaderos de la comunidad; para eso es que todos los ciudadanos los ponemos en los cargos y les pagamos con el sudor de nuestras frentes.

Concejal Ancízar Duque

Un sencillo ejemplo, algo esclarecedor de lo dicho, es una respuesta de la Contraloría General del Cauca a la Veeduría Ciudadana sobre presunta irregularidad en cobro de auxilio de transporte por parte del eterno concejal conservador Ancízar Duque Morales, de Santander de Quilichao, quien al creerse ‘dueño’ de la Administración Municipal miente, diciendo, junto con funcionarios venales puestos a su servicio, que sí tiene derecho a un pírrico auxilio de transporte porque vive en la vereda Mandivá, lo cual no es cierto. En realidad vive a pocas cuadras del Concejo Municipal, en el barrio Santa Anita. Pero se salva otra vez con certificados presuntamente dolosos, sin contraste con la realidad, que la Contraloría acepta sin chistar luego de la “investigación” adelantada para determinar “que las evidencias contradicen el asunto de la denuncia, por lo cual se concluye que no existe mérito para continuar con la acción fiscal, considerando agotado el trámite adelantado a la Denuncia No. 020-16 de febrero 19 de 2016 y se puede proceder a su archivo”. ¿Cuáles “evidencias”?

Listo. ¡Que continúe la fiesta! Todos los vecinos de Santa Anita, aterrados de la mentira avalada por la Contraloría, se burlan de la entidad de control fiscal, no creen en su gestión investigativa y sienten como propio el ‘sacrificio’ de Duque Morales viajando todos los días a Mandivá en una “ECO” a su descanso meritorio, y que se merece esa pichurria de auxilio económico, mientras el sujeto, en realidad, se desplaza unas pocas cuadras a su sitio de “trabajo” en un lujoso automóvil BMW que impacta porque su gestión en el Concejo Municipal de Santander de Quilichao, le ha dado hasta para ello, que también es lo mínimo de lo que ha logrado en tantos años productivos para él y desastrosos para Quilichao.

Certifican la artimaña el secretario general del Concejo Municipal, Neiver Mezu Idrobo; Alex Esteban Ordoñez Sánchez, en calidad de personero municipal en el 2015; Milciades Castillo, presidente de la Junta de Acción Comunal de la Vereda Mandivá, entre otros.

Dirán que eso no es nada para lo que ha sucedido en la Administración Municipal de Santander de Quilichao, y tienen razón, pero si en algo tan simple se falla en contra de las evidencias, ¿qué se puede esperar de las investigaciones que requieren más técnicas, más compromiso, más profesionalismo, más responsabilidad?

Fuente: Las 2Orillas  Por: Alfonso José Luna Geller          | agosto 11, 2016

 

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